Thursday, March 19, 2020

Para los Temerosos, los Débiles y los Frágiles


"Fíate de Jehová". Cada día tiene sus cargas, preocupaciones y perplejidades; y cuando nos encontramos, cuán listos estamos para hablar de nuestras dificultades y pruebas. Se introducen tantos problemas prestados, se sienten tantos temores, se expresa tanto peso de ansiedad, que casi se podría suponer que no tenemos un compasivo y amoroso Salvador, listo para escuchar todas nuestras peticiones y para ser un pronto auxilio para nosotros en todo momento de necesidad.

Algunos siempre temen y están esperando problemas. Todos los días están rodeados por las señales del amor de Dios, todos los días disfrutan de las recompensas de su providencia; pero pasan por alto esas bendiciones actuales. Se espacían continuamente en algo desagradable que temen que pueda surgir o puede existir alguna dificultad que, aunque pequeña, ciega sus ojos a las muchas cosas que exigen gratitud. Las dificultades con las que se encuentran, en lugar de conducirlos a Dios, la única fuente de ayuda, los separan de Él, porque despiertan inquietud y lamento.

Hermanos y hermanas, ¿nos conviene ser tan incrédulos? ¿Por qué debemos ser ingratos y desconfiados? Jesús es nuestro amigo. Todo el cielo está interesado en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y miedo entristecen al Espíritu Santo de Dios. No debemos caer en una solicitud que solo nos inquieta y nos desgasta, pero que no nos ayuda a soportar los juicios. No debe darse lugar a esa desconfianza de Dios que nos lleva a hacer de la preparación para el futuro la búsqueda principal de la vida, como si nuestra felicidad consistiera en esas cosas terrenales, y pudieramos ganarlas mientras ignoramos el hecho de que Dios controla todas las cosas.

 Puede tenerr perplejidades en los negocios; sus perspectivas pueden volverse cada vez más oscuras, y puede verse amenazado con perder. Pero no se desanime; ponga tu carga sobre Dios y permanezca tranquilo y alegre. Comience todos los días con una oración sincera, sin dejar de ofrecer alabanzas y acción de gracias. Pida sabiduría para administrar sus asuntos con discreción, y así evitar pérdidas y desastres. Haga todo lo posible de su parte para obtener resultados favorables. Jesús ha prometido ayuda divina, pero no aparte de los esfuerzos humanos. Review and Herald, 3 de febrero del 1885.

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