"Fíate de Jehová". Cada día tiene sus cargas,
preocupaciones y perplejidades; y cuando nos encontramos, cuán listos estamos
para hablar de nuestras dificultades y pruebas. Se introducen tantos problemas
prestados, se sienten tantos temores, se expresa tanto peso de ansiedad, que
casi se podría suponer que no tenemos un compasivo y amoroso Salvador, listo
para escuchar todas nuestras peticiones y para ser un pronto auxilio para
nosotros en todo momento de necesidad.
Algunos siempre temen y están esperando problemas. Todos los
días están rodeados por las señales del amor de Dios, todos los días disfrutan
de las recompensas de su providencia; pero pasan por alto esas bendiciones
actuales. Se espacían continuamente en algo desagradable que temen que pueda
surgir o puede existir alguna dificultad que, aunque pequeña, ciega sus ojos a
las muchas cosas que exigen gratitud. Las dificultades con las que se
encuentran, en lugar de conducirlos a Dios, la única fuente de ayuda, los
separan de Él, porque despiertan inquietud y lamento.
Hermanos y hermanas, ¿nos conviene ser tan incrédulos? ¿Por
qué debemos ser ingratos y desconfiados? Jesús es nuestro amigo. Todo el cielo
está interesado en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y miedo entristecen al
Espíritu Santo de Dios. No debemos caer en una solicitud que solo nos inquieta
y nos desgasta, pero que no nos ayuda a soportar los juicios. No debe darse
lugar a esa desconfianza de Dios que nos lleva a hacer de la preparación para
el futuro la búsqueda principal de la vida, como si nuestra felicidad
consistiera en esas cosas terrenales, y pudieramos ganarlas mientras ignoramos
el hecho de que Dios controla todas las cosas.
Puede tenerr perplejidades en los negocios; sus perspectivas
pueden volverse cada vez más oscuras, y puede verse amenazado con perder. Pero
no se desanime; ponga tu carga sobre Dios y permanezca tranquilo y alegre.
Comience todos los días con una oración sincera, sin dejar de ofrecer alabanzas
y acción de gracias. Pida sabiduría para administrar sus asuntos con
discreción, y así evitar pérdidas y desastres. Haga todo lo posible de su parte
para obtener resultados favorables. Jesús ha prometido ayuda divina, pero no
aparte de los esfuerzos humanos. Review and Herald, 3 de febrero del 1885.
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