Wednesday, August 4, 2021

Un Pequeño Cielo Aquí

 

...Les ruego hermanos y hermanas que anden delante del Señor en mansedumbre y humildad de corazón, recordando el cuidado que Jesús tiene para con ustedes. Se exhorta a todos los mansos de la tierra a buscarlo. . . . Dejen que el yo se rompa en pedazos ante Dios. Es difícil hacer eso; pero se nos advierte que caigamos sobre la Roca y sseamos quebrantados, de lo contrario, caerá sobre nosotros y nos desmenuzará hasta convertirnos en polvo. Jesús habla a los humildes de corazón; Sus brazos eternos los rodean, y no los dejará perecer a manos de los impíos.

¿Qué es ser cristiano? Es ser semejante a Cristo; es hacer las obras de Cristo. Algunos fallan en un punto, otros en otro. Algunos son naturalmente impacientes. Satanás comprende su debilidad y logra vencerlos una y otra vez. Pero que nadie se desanime por eso. Siempre que surjan pequeñas molestias y pruebas, pídale a Dios en oración silenciosa que le dé fuerza y ​​gracia para soportarlas con paciencia. Hay un poder en el silencio; no digan ni una palabra hasta que hayan enviado su petición al Dios del cielo. Si siempre hacen eso, pronto vencerán su temperamento apresurado y tendrán un pequeño cielo aquí para ir al cielo en él.

Dios quiere que su pueblo limpie sus manos y purifique sus corazones. ¿Les hará infelices hacer eso? ¿Traerá infelicidad a sus familias si son amables y pacientes, corteses y tolerantes? Lejos de eso. La bondad que manifiesten hacia sus familias se reflejará en ellos mismos. Esa es la obra que debe llevarse a cabo en el hogar. Si los miembros de una familia no están preparados para vivir en paz aquí, no están preparados para vivir en la familia que se reunirá alrededor del gran trono blanco. . . .

Debemos buscar separar el pecado de nosotros, confiando en los méritos de la sangre de Cristo; y luego, en el día de la aflicción, cuando el enemigo nos presione, caminaremos entre los ángeles. Serán como un muro de fuego a nuestro alrededor, y un día caminaremos con ellos en la ciudad de Dios. In Heavenly Places, pág. 30.

 

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