"En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti." Salmo 119:11.
"La levadura de la verdad debe ser introducida antes de que pueda obrar la transformación del carácter." Elena G. de White, Fundamentals of Christian Education, pág. 364.
" Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié." Isaías 55:10-11.
La vida de Jesús era como "la levadura, trabajando en medio de los elementos de la sociedad." Elena G. de White, A Call To Stand Apart, pág. 9.
"Por el estudio, la contemplación y la oración, los hijos de Dios serán elevados sobre los pensamientos y sentimientos comunes y terrenales, y serán puestos en armonía con Cristo y su gran obra de purificar el santuario celestial de los pecados del pueblo. Su fe le acompañará en el santuario, y en la tierra los adoradoresestarán revisando cuidadosmante su vida, comparando su carácter con la gran norma de justicia. Verán sus propios defectos; y verán también que deben recibir la ayudadel Espíritu de Dios a fin de quedar preparados para la grande obra que en este tiempo se impone a los embajadores de Dio.
"Cristo dijo: 'Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que coe mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.' (Juan 6:53-57)" Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 220.
"Cristo y su Palabra están en perfecto acuerdo. Recibidos y obedecidos, abren un sendero seguro para los pies de todos los que están listos para andar en la luz como Cristo anduvo. Si el pueblo de Dios apreciara su Palabra, tendríamos un cielo en la iglesia y los cristianos estarían hambrientos y ansiosos de escudriñarla, sintiendo la necesidad de disponer de más tiempo para escudriñarla y comparar Escritura con Escritura." Elena G. de White, Testimonies, tomo 1, pág. 160.
Concluirá en el próximo artículo.
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