Cuando usted responde al dibujo de Cristo, y se une a Él,
manifiesta fe salvadora. Pero hablar de cosas religiosas de manera casual, orar
por las bendiciones espirituales sin ena verdadera hambre del alma real y una
fe viva, no sirve de nada. La asombrosa multitud que rodeaba a Jesús no se daba
cuenta de que el simple contacto no alcanzaba el poder vital. Pero cuando la
pobre mujer sufriente, que durante doce años había sido inválida, en su gran
necesidad extendió su mano, y tocó el borde de su vestido, sintió la virtud
curativa. El suyo era el toque de la fe, y Cristo reconoció ese toque. Él sabía
que la virtud había salido de Él, y mirando alrededor de sí en la multitud,
preguntó:
"¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos,
dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime,
y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado;
porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio
que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le
declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al
instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en
paz." [Lucas 8:43-48] La fe que sirve para ponernos en contacto vital con
Cristo expresa de nuestra parte la preferencia suprema, la confianza perfecta,
una entera consagración. Esta fe obra por el amor y purifica el alma. Desarrola
en la vida del seguidor de Cristo la verdadera obediencia a los mandamientos de
Dios; Porque el amor a Dios y el amor al hombre será el resultado de una
conexión vital con Cristo. ""De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas." [2 Corintios 5:17]." Bible Echo, 15 de abril del 1893.
Continuará...
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