Asegúrense de que la verdad está inscrita en su estandarte
en todo momento y en todo lugar. . . .
Como nación, los judíos se
negaron a recibir a Cristo. Él los había guiado en sus peregrinaciones, como su
Líder invisible e infinito. Les había comunicado su voluntad, pero en la prueba
lo rechazaron, su única esperanza, su única salvación, y Dios los rechazó. Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). Para todos los que reciben y
obedecen las condiciones, los dones de Dios fluyen constantemente, son
irrevocables, y no son removidos. Dios ha impartido sus dones al hombre para
ser usados, no de acuerdo con ideas hereditarias o fantasiosas, ni de acuerdo
con los impulsos naturales o la inclinación, sino de acuerdo con su voluntad. .
. .
Aquellos que temían a Dios
debían pensar por sí mismos. Ya no habían de dejar que otros hombres pensaran
por ellos. Sus mentes ya no estaban encadenadas a máximas, teorías y doctrinas
erróneas. ...La
Luz de la vida había venido a este mundo para brillar en medio de la oscuridad
moral. El evangelio ahora sería proclamado a los pobres, los oprimidos.
Aquellos con una vida humilde tendrían oportunidad de entender las verdaderas
calificaciones necesarias para entrar al reino de Dios.
Y hoy los hombres de los
rangos inferiores deben tomar su lugar al obedecer la orden:
"Adelante". Por la fe deben enfrentar las dificultades, sin atreverse
a ceder al ataque y el balbuceo de las lenguas incrédulas. Deben avanzar de un
grado de éxito al otro, orando siempre y ejercitando esa fe que responde a la
oración. . . .
¡Las agencias de Dios son
muchas! Pero todos aquellos que están dispuestos a trabajar de acuerdo con el
plan de Dios están incluidos en las palabras: "Porque nosotros somos
colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios."
(1 Corintios 3: 9). Los siervos de Dios deben moverse para que no se pierda
ningún don espiritual. Su voluntad se mantendrá en obediencia, y cuando llegue
el tiempo de Dios, la vara florecerá. Qué forma tomará la obra, nadie puede
saber, pero los siervos de Dios deben ser hombres que se muevan al instante,
capaces de entender los caminos y la voluntad de su Líder. This Day With God, pág.
31.
Concluido.
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