Le agradaría al Señor si hiciera un esfuerzo por olvidarse
de si mismo. Comience a agradecer al Señor por su hogar y sus contornos
agradables, y las muchas bendiciones temporales que Él le da. Al devolver agradecimiento
al Señor por su bondad, puede hacer algo por Aquel que ha hecho todo por usted.
Contemple las profundidades de la compasión que el Salvador sintió por usted.
Por usted dio su vida, sufriendo la cruel muerte de la cruz. ¿No puede alabar
al Señor por eso? Si esconde su vida en Cristo, Él le recibirá.
Si demuestra que tiene una fe activa, al tratar todos los
días de ejercer su fuerza de voluntad, sus facultades ganarán fuerza. Lo sé por
experiencia. Recuerdo en mi propio caso cómo mis facultades recuperaron su
flexibilidad cuando intenté ejercerlas. ¿Intentará moverse y ser alegre en
espíritu? Ponga su confianza en Jesús. Tenga fe en Él, y sea dócil en Sus
manos. Recibirá una gran bendición haciendo un cambio en sus hábitos. . . .
Durante once meses después de ir a Australia, sufrí de
reumatismo inflamatorio. No pude levantar mis pies del suelo sin sufrir un gran
dolor. . . .
Durante esos once meses de sufrimiento. . . No me rendí. Mi
brazo derecho, desde el codo hacia abajo, estaba entero, de modo que podía usar
la pluma, y escribí mil quinientas páginas de papel de carta para publicar.
Durante ese período, tuve el sufrimiento más terrible de mi vida. . . .
Pero a todo eso hay un lado alegre. Mi Salvador parecía
estar cerca de mí. Sentí Su presencia sagrada en mi corazón, y estaba muy
agradecida. Estos meses de sufrimiento fueron los meses más felices de mi vida,
debido a la compañía de mi Salvador. . . . Su amor llenó mi corazón. A lo largo
de mi enfermedad, su amor, su tierna compasión, fueron mi consuelo. . . .
Mire a Jesús, su compasivo y amoroso Salvador. Si arroja su
alma indefensa sobre Cristo, Él traerá gozo y paz a su alma. Él será su corona
de regocijo, su gran recompensa. Letter 34, 6 de febrero del 1907.
Concluido.
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