Si el Sol de justicia retirara sus rayos de luz del mundo, nos quedaríamos en la oscuridad de una noche eterna. Jesús habló como nunca lo ha hecho ningún hombre. Derramó sobre los hombres todo el tesoro del cielo en sabiduría y conocimiento. Él es la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Cada fase de la verdad le resultaba evidente. No llegó a expresar sentimientos y opiniones inciertos; sino sólo decía la verdad establecida sobre principios eternos.
Entonces, ¿por qué tomar las palabras inestables de los
hombres como sabiduría exaltada, cuando una sabiduría mayor y segura está a su disposición? ... Una y otra vez los hombres han intentado
poner la Biblia y los escritos de los hombres sobre una base común; pero el
intento resultó un fracaso; porque no podéis servir a Dios y a Mammón.
Estamos en el mundo, pero no debemos ser del mundo. Jesús ruega que aquellos por quienes murió, no pierdan su recompensa eterna al derrochar sus afectos en las cosas de esta tierra que perece, y de esa manera pierdan la felicidad interminable. Un juicio iluminado nos obliga a reconocer que las cosas celestiales son superiores a las cosas de la tierra y, sin embargo, el corazón depravado del hombre lo lleva a dar prioridad a las cosas del mundo.
La Biblia ha sido colocada en un segundo plano, mientras que los dichos de los grandes hombres y mujeres, así llamados, se han puesto en su lugar. Que el Señor nos perdone el menosprecio que le hemos hecho a Su Palabra. Aunque en la Biblia hay tesoros inestimables, y es como una mina llena de mineral precioso, no se valora, no se la busca y ni se descubren sus riquezas.
La misericordia, la verdad y el amor son valiosos más allá de nuestro poder de cálculo; no podemos tener una provisión demasiado grande de esos tesoros, y es en la Palabra de Dios [que] descubrimos cómo podemos convertirnos en poseedores de esas riquezas celestiales, y sin embargo, ¿por qué la Palabra de Dios no resulta interesante para muchos profesos Cristianos? ¿Es porque la Palabra de Dios no es espíritu ni es vida? ¿Nos ha encomendado Jesús una tarea poco interesante cuando nos manda "escudriñad las Escrituras"? Jesús dice: " El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida." Pero las cosas espirituales se disciernen espiritualmente, y la razón de la falta de interés es que falta el Espíritu de Dios.
Cuando el corazón esté en armonía con la Palabra, una nueva vida brotará dentro de usted, una nueva luz brillará sobre cada línea de la Palabra y se convertirá en la voz de Dios para su alma. De esa manera, tomará observaciones celestiales, sabrá hacia dónde se dirige y podrá aprovechar al máximo sus privilegios hoy día.
Debemos pedirle al Señor que abra nuestro entendimiento para que podamos comprender la verdad divina. Si humillamos nuestros corazones ante Dios, vaciémoslos de vanidad, orgullo y egoísmo, mediante la gracia que nos ha sido concedida en abundancia; si deseamos sinceramente y creemos sin vacilar, los brillantes rayos del Sol de justicia brillarán en nuestras mentes e iluminarán nuestro entendimiento oscurecido. Jesús es la luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo. Él es la luz del mundo y nos invita a que vayamos a Él y aprendamos de Él. . . . Vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, y no podía permitirse el apartarse de Su único objetivo. No permitió que nada lo desviara. Esa obra la ha entregado en nuestras manos. ¿La haremos? Review and Herald, 24 de noviembre del 1891.
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